miércoles, 3 de octubre de 2007

MÚSICA, LENGUAJE Y CANTO



Las relaciones entre la música y el ritmo fonatorio son fundamentales en la reeducación de los niños hipoacúsicos. Es necesario crear una relación entre el mundo exterior y su cerebro, para consolidar las percepciones y sensaciones del mundo exterior. En primer lugar, podrá llegar a través de la música a percibir por la vía auditiva, la fisiológica de la adquisición del habla. En segundo lugar, escuchar su propia voz `para hacer correcciones de su habla. Y por último, la música auxiliará de una manera muy especial el aprendizaje de la lectura labial y de su articulación.
La Musicoterapia ha de tener en cuenta que aplicada a niños hipoacúsicos es un tratamiento para mejorar la locución. La relación entre acentuación del habla y de la música le dará una conexión entre frase-esquema-prosódico-rítmico, que le permitirá tener un ritmo verbal adecuado. Cuanto antes comencemos la terapia, antes podremos potenciar, apoyar y rehabilitar un habla pobre.

Es esencial para esta actividad saber el grado de deficiencia que tiene el niño, no es lo mismo un niño o grupo de niños sordos, que hipoacúsicos que un grupo de sordos, pero que alguna vez han oído. Por lo tanto, la Musicoterapia irá en función de esto.
Es posible que los niños lleguen a distinguir la altura, más aún si son sonidos muy graves y muy agudos, para empezar podemos hacerles explorar juguetes sonoros que estimulen su curiosidad y aunque no puedan distinguirlos claramente, que al menos sean capaces de darse cuenta que hay un mundo de sonidos a su alrededor e incluso que puedan disfrutarlo.
Apoyándose en la percepción táctil, con la mano en el piano, una guitarra al cuello… Debemos fortalecer la lengua, control salival, la respiración, el ritmo y la fuerza de ejecución. Es para esto muy importante comenzar con algún ejercicio de relajación de la cabeza.

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